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Adicto a los Adictos

Narcoticos Anonimos

YO ADICTO...

 

 

Soy Alberto, adicto.

Soy Bernarda, alcohólica y adicta.

Soy Carolina, drogadicta.

Soy Domingo, por la gracia de Dios soy adicto.

Soy Ernestina, adicta en recuperación.

Soy Felipe, tengo problema con las drogas

Soy Gerardo, aún soy adicto.

Adicto Hernando.

Soy Isabel, me recupero de la adicción.

Adicto Jerónimo, otras 24 horas limpio.

Soy Luis, abusé del alcohol y de las drogas.

Soy Manuela, creo que me recupero de mis adicciones a las drogas.

Soy Norberto, co-adicto.

Soy Oscar, recaído muchas veces, solo por hoy me mantengo limpio.

Soy Pedro, me sigo recuperando de la drogadicción.

Soy Roberto, solo por hoy no consumo drogas.

Soy Sandra y pertenezco a Narcótico Anónimos.

Soy Teresa, fui drogadicta y alcohólica

Soy Verónica, yo adicta.

Soy …  Son muchas de las modalidad de las voces escuchadas al comenzar o hacer uso de la palabra en las reuniones de NA.

Declararse adicto, adicto en recuperación, es una declaración sacramental, que recuerda el origen común de quienes se congregan en la confraternidad.

Con frecuencia advierten algunos críticos de NA que declararse adicto en cada reunión es un acto masoquista. Flagelarse con un pasado que debe terminar. Un acto de autocensura reiterada. Declararse adicto, es perpetuar el estigma y el rótulo. Pero así como invitan a abandonar el pasado del adicto y a darle prioridad al presente en la recuperación, le recuerdan de una y otra manera el latente temor de regresar al consumo activo.

Los críticos tienen razón. O en parte tienen razón.

El sentido de la declaración parte de la teoría y la constatación acerca de la incurabilidad de la enfermedad de la adicción. La proclaman como dogma en NA. La adicción es una enfermedad que no tiene curación conocida: ni la religión, ni la medicina, ni la psiquiatría sanaron a los adictos; la enfermedad reaparecía o progresaba. NA afirma que puede detenerse la enfermedad y entonces es posible la recuperación.

Recordarse de donde se proviene parece un llamado para no regresar al mundo oscuro del consumo activo. Dicen en NA que el adicto complaciente con sus pensamientos, a causa de sus problemas, sus iras o sus dolores, es un perfecto candidato para recaer en el consumo. Y una forma de contenerse es recordarse en cada reunión que se es un adicto.

Aunque cada uno de los asistentes tiene la facultad de presentarse en el grupo de NA, resulta válido desear y asumir una posición optimista con respecto al proceso. Expresiones como “me recupero de la adicción”,o, “pertenezco a NA” en cualquier de sus modalidades indica un mensaje positivo de SI SE PUEDE.

90 REUNIONES: ¿SON SUFICIENTES?

 

 

¿90 días asistiendo a las reuniones de NA. son suficientes? No son suficientes. Son necesarios.

 

Algunos adictos en recuperación recuerdan sus primeras reuniones: Desorientados, un lenguaje poco familiar.

 

Desorientados, en general, llegaron a su primera reunión guiados por alguien o a partir de la sugerencia de algún amigo que les mencionó ir a las reuniones. Sabían que estaban enredados en un problema serio y que no podían salir del marasmo del consumo. Muchos de ellos, cruzaron la puerta del salón de reunión cuando sus familias agotadas decidieron marginarlos, los expulsaron del núcleo familiar y saturadas dejaron al adicto a su propia suerte. Durante las primeras reuniones, dicen, poco entienden del valor terapéutico ofrecido por la confraternidad.

 

Algunos obedientes regresan día tras día a las reuniones y se abandonan, se dejan llevar, se dejan conducir, escuchan, escuchan y escuchan testimonios. Pasan de una posición negativa o de una percepción escéptica a un proceso lento de comprensión del mensaje básico: nada es más útil para un adicto que la ayuda prestada por otro adicto.

 

Un lenguaje nuevo, poco familiar se encuentra quien comienza su curso de reuniones en NA. Una propuesta de recuperación, una promesa de abstención del consumo, una invitación para pasar del caos al orden. Poco a poco descubren similitudes en medio de las diferencias, y quizás lo más importante, saberse no solos. No únicos. No abandonados. No condenados de manera irremediable  al consumo. Comparten los defectos que los llevaron o adquirieron en el consumo. Palabras como comprensión real, solidaridad efectiva, confraternidad. Valores, entre otros, que no eran conocidos en los lugares y tiempos de consumo.

 

Para muchos de los adictos que caminan por la senda de la recuperación, la mayor importancia derivada de las reuniones de NA es la de expresar sus dolores, sus rabias acumuladas, sus confesiones incomprensibles para los no-adictos. Las reuniones se convierten en verdaderos canales propicios para descargar el pesado fardo que lleva un adicto sobre sus hombros, peso que está dentro de su alma atormentada.

 

He escuchado de muchos de ellos quienes asistieron con resistencia, en algunas oportunidades como producto de una imposición familiar ineludible, que pasado el tiempo, poco a poco fueron sintiendo alivio, confianza y despejaron sus aprehensiones para vincularse “como miembros activos” en NA. La conversión se ha dado al comprobar que el problema de uno, es similar al asunto de muchos otros; unos y otros que han pasado por el mismo túnel y los mismos recovecos propios del consumo. Pero, para todos ellos, NA, más allá de cualquier promesa, se convierte en un faro para mirar y conducir una vida sin drogas, sin pesadillas. Desde luego no es un viaje fácil, ni simple, ni mecánico, ni siquiera rápido. Por eso dicen ellos, 90 días iniciales de reuniones son necesarias aunque no sean suficientes. En el lenguaje coloquial podría decirse que, 90 días de reunión son la cuota inicial de la recuperación.

 

Muchos adictos recuperados permanecerán sentados en sus sillas durante las reuniones a través de muchos años: para afirmar su compromiso y para servir de ejemplo a quienes dan los primeros 90 pasos hacia la recuperación.

90 REUNIONES INICIALES

 

 

La primera vez que una persona cruza la puerta de una reunión de Narcóticos Anónimos, le dan una bienvenida de aplausos, con abrazos, lecturas, y señalan que es la persona más importante de la reunión.  Suelen entregarle al recién llegado un llavero blanco y una lista de teléfonos de los asistentes como una herramienta para cuando tenga necesidad de hablar con alguien y, en especial, ante la tentación de un nuevo consumo.

Los asistentes acostumbran recordar su primera vez en NA.  Refieren la importancia de ir a 90 reuniones, 90 días consecutivos. Sugieren hacerlo con fundamento en la experiencia de muchísimos de ellos y de acuerdo con la tradición recogida por la confraternidad.

Por encima de consideraciones múltiples, se inscribe en algo elemental: Blindarse durante los tres primeros meses. Porque es sabido que “motivos”, “impulsos”, “tentaciones” son mayores cuanto menor sea el contador de días de limpieza. Durante los primeros noventa días de asistencia, se afirma 90 veces, SOLO POR HOY: NO…. Y se antoja que es crecer un activo mínimo contra los cientos o los miles de días de consumo, de abuso en el consumo. No es mucho, ¿verdad? Pero la experiencia les promete a los aplicados asistentes la construcción del nuevo camino. A la manera de la vieja usanza pedagógica es una plana de escritura, una plana importante para aprender a soltarse de un pasado y construir un presente limpio.

90 reuniones, con testimonios los más diversos y dispersos, tiene efecto en la formación de una conciencia nueva. Uno con otro testimonio, 90 días pueden ser alrededor de 1.800 ¡!!compartires!! 1.800 testimonios. 1.800 voces de jóvenes, de personas con meses de abstinencia, veteranos con años, hombres y mujeres dispuestos a escuchar y entregar la historia de su proceso de recuperación. Pero por encima de eso, no queda duda que sólo quienes tienen un pasado común pueden escuchar, en su verdadera dimensión, los sentimientos compartidos de quienes también comparten el mismo origen.  Allí radica la magia proclamada por NA.

Anonimato

 

Una buena amiga, luego de una larga conversacion,  me sugirió escribir sobre los Adictos, la adicción, el tema en el ambiente familiar, las experiencia del contacto con los adictos y las observaciones sobre los procesos de recuperacion. Intentaremos ensayarlo.

Escribiré desde la perspectiva de una persona cercana a uno de ellos, sumido en el infierno de la adicción. Y asistente asiduo, como soy, a las reuniones de NA (Narcóticos Anónimos) tendré la necesidad de ser Anónimo. Anónimo por respeto a los principios rectores de la confraternidad NA. Anonimato que no esconde si no que respeta y sólo se atiene al contenido con el objeto de llevar un mensaje a los Adictos que sufren , a sus seres cercanos y a quienes se interesan por conocer el mundo de la adicción.

Bienvenidos los comentarios. Los comentarios, las sugerencias, las inquietudes nos ayudarán a todos a mejorar el conocimiento del tema y acercarnos a un conocimiento más a fondo de la adicción.